El Hubble es probablemente el telescopio espacial más conocido en todo el planeta, ya que, durante sus 30 años orbitando la Tierra nos ha mostrado el universo de una forma totalmente diferente a la que conocemos, así que, tras más de un mes inactivo, es una gran noticia saber que la NASA ha conseguido que el telescopio espacial Hubble vuelva a funcionar.
El domingo 13 de junio, la NASA perdió el control del Hubble y no pudo acceder de nuevo a la memoria de recambio de este, dando lugar a un gran problema que tras un mes de agonía ha solucionado la NASA. Esperemos que el Hubble no nos vuelva a dar sustos y siga tomando increíbles imágenes del cosmos.
El cometa “2014 UN271” se cree que proviene de la nube de Oort y que su punto más cercano al Sol será el 23 de enero de 2031.
Según investigaciones, se estima que tiene un diámetro de entre 100 y 370 kilómetros, nada comparado con Chicxulub, el meteorito que extinguió a los dinosaurios con un diámetro de unos 11 kilómetros.
Sin embargo, se sabe que de momento este nuevo visitante no colisionará ni mucho menos con la Tierra. Aunque a lo mejor, podremos observarlo en el cielo con un brillo aproximadamente como el de Plutón, por lo que será difícil observarlo sin buenos instrumentos astronómicos.
Imagen del cometa 2014 UN271
Se estima que el cometa tiene un tamaño 10 veces más grande que el de uno normal, siendo así el más grande descubierto en estos últimos años. Si colisionara con la Tierra, sería un desastre global y seguramente la extinción humana, pero eso no va a suceder, por lo que podemos estar muy tranquilos sin preocuparnos ya que no hay ningún peligro.
Somos más pequeños de los que nos pensamos, de hecho, somos súper pequeños así que prepararos para descubrir todo lo que conocemos del Sistema Solar, porque este viaje va a ser largo, y sobre todo increíble, por lo que no saldréis sin algo aprendido.
Nosotros vivimos en nuestro planeta, la Tierra, que está orbitando al Sol, que es la estrella que nos da la vida y la que nos la quitará en unos 5.000 millones de años. El llamado Sistema Solar es un grupo de cuerpos de distintos tamaños que orbitan en torno al Sol, de ahí el nombre de Sistema Solar.
El Sistema Solar se encuentra en uno de los cuatro brazos que tiene la Vía Láctea, nos encontramos en el Brazo de Orión. Los demás son el Brazo de Sagitario, el Brazo del Cisne y el Brazo de Perseo.
La flecha señala el brazo de Orión
Hay miles y millones de galaxias que se juntan formando cúmulos galácticos, uno de ellos llamado Supercúmulo de Virgo es donde se encuentra nuestra galaxia, junto a algunas más como Andrómeda, las más cercana a nosotros. A su vez hay muchos más supercúmulos en los que hay muchas más galaxias.
Nuestro Sistema Solar está formado por planetas, lunas, asteroides, cometas, planetas enanos…
Primero vamos a hablar de cómo y hace cuanto se formó el Sistema Solar. Hace 4.600 millones de años, el Sol nace en una enorme nebulosa rodeado de nubes y materia de la cual más tarde se formarían los planetas y demás cuerpos. Ese polvo que orbitaba alrededor del Sol se comenzó a unir y a formar fragmentos de roca de varios kilómetros de diámetro, a los que los llamamos “planetesimales”. Esos planetesimales se convirtieron en los planetas que hoy en día conocemos y que tanto nos llaman la atención.
Sabiendo ya como fueron creados los planetas, vamos a hablar del Sol, la enorme pero pequeña estrella que nos da vida cada día. Como dato, el Sol es una estrella “perfecta” creada por la naturaleza.
Imágen de la NASA
El Sol
El Sol lleva a cabo la fusión nuclear, el proceso en el que está continuamente transformando el hidrógeno en helio, expulsando así cantidades monstruosas de energía y calor al espacio. El problema es que cuando se le acabe ese hidrógeno, (en unos 4.500 millones de años) la estrella comenzará a expandirse convirtiéndose en gigante roja y alcanzando la órbita de Mercurio y Venus.
Cuando el Sol no pueda soportar más la fuerza de su propia gravedad, alcanzará su fase de enana blanca, ya que no tiene la suficiente masa como para explotar o convertirse en un agujero negro.
Cambiando de tema, vamos a ver los planetas: Mercurio, Venus, Tierra y Marte (planetas rocosos) y Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno (planetas gaseosos). Estos son los segundos cuerpos que mayor materia ocupan de todo el Sistema Solar (tras el Sol, que ocupa un 99,86% de la masa total).
Mercurio
Mercurio es el planeta más cercano al Sol a unos 57.910.000 km, y el más pequeño de todos. La superficie de Mercurio está repleta de cráteres formados tras la colisión de meteoritos. Ya que Mercurio tiene una atmósfera casi inexistente, los meteoritos no pueden desintegrarse en ella, creando así un planeta lleno de enormes agujeros en su superficie.
NASA
El problema de su escasa atmósfera conlleva a otra consecuencia, la temperatura. En Mercurio, se alcanzan los 350 °C por la mañana y los -170 °C por la noche. Tarda 59 días en dar una vuelta sobre su propio eje, y 88 en hacerlo alrededor del Sol, sondas como la “Mariner 10” ya han visitado Mercurio en busca de información.
Venus
El segundo planeta de nuestro Sistema Solar y el más caliente de todos, ya que, a diferencia de Mercurio, Venus tiene una muy densa atmósfera, que hace un gran efecto invernadero cuando el calor del Sol le llega, llegando así a los 426°C por el día y los -173°C por la noche.
NASA
Venus está casi completamente girado, y a 108.200.000 kilómetros del Sol, la vida en Venus podría haber sido posible en un pasado, pero ahora es muy complicado teniendo en cuenta la alta presión en el planeta (la equivalente a sumergirse a un kilómetro bajo el mar) y las nubes de lluvia de ácido sulfúrico. De hecho, se piensa que el Venus actual será el futuro de nuestro planeta Tierra.
Tierra
Al ser la Tierra nuestro planeta, muchos la conocemos muy bien, ¿pero conocemos realmente su origen y futuro? La Tierra se encuentra en la zona habitable del Sistema Solar, a 146.600.000 kilómetros del Sol (la zona habitable es en donde los planetas que hay ahí son propensos a albergar vida si cumplen con un número determinado de condiciones). Se cree que el origen de la Tierra sucedió hace unos 4.500 millones de años, siendo una bola de roca y magma formada por la colisión de millones de asteroides. Ahí no existía la vida aún. La Tierra es el primer planeta del Sistema Solar (contando desde el Sol) que tiene un satélite, en este caso, la Luna.
NASA
El origen más aceptado por los científicos acerca del origen de la Luna, es cuando un gran planeta del tamaño de Marte, chocó hace miles de millones de años contra nosotros y los fragmentos despedidos al espacio colisionaron entre ellos, obteniendo así la suficiente gravedad como para tener forma esférica, así se formó la Luna.
Los primeros indicios de vida aparecieron en el mar con diminutas micro bacterias, evolucionando lentamente hasta llegar a convertirse en lo que somos hoy. Pero si queremos sobrevivir habrá que tomar medidas, ya que cuando el Sol se convierta en gigante roja nos abrasará, como si estuviéramos en un horno gigante. Como el Sol aumentará, la zona habitable del Sistema Solar cambiará, por lo que los científicos tienen a Eris (planeta enano) como nuestro nuevo hogar en caso de emergencia.
Marte
Marte, o mejor conocido desde la antigüedad como el planeta rojo, ha sido nuestro punto de mira en la busca de vida en otros planetas, y ha sido el mejor planeta en nuestro Sistema Solar para buscar la respuesta a la famosa pregunta ¿estamos solos?
NASA
Marte es el último de los planetas rocosos, pero no por ello el menos importante. A 227.940.000 kilómetros del Sol, con una temperatura media de -50 °C, hay un pequeño planeta rojo al que hemos enviado cantidades de sondas y rovers para investigar su superficie, atmósfera, si puede haber existido vida… (recomiendo ver la entrada en la que explico una importantísima misión a Marte para los humanos, el Perseverance: https://todoespacio.es/el-rover-perseverance-llega-a-marte/ Se piensa que Marte pudo tener grandes lagos y ríos, uno de los motivos por los cuales estamos tan centrados en este planeta.
Marte tiene un característico color rojizo que le diferencia de todos los demás planetas en el Sistema Solar, y esto se debe a una abundancia de óxido de hierro en su superficie. Un dato curioso, en la Tierra (conocida como el planeta azul) los atardeceres son rojos, sin embargo, en Marte (conocido como el planeta rojo) los atardeceres son azules.
NASA
Este hecho es irónico, y a su vez muy interesante.
El primer gigante gaseoso y el planeta más grande del Sistema Solar, a 778.330.000 kilómetros del Sol, está separado de Marte por el cinturón de asteroides que tenemos en nuestro Sistema Solar. Júpiter es uno de los planetas más brillantes en el firmamento nocturno, pudiendo ver sus cuatro principales lunas a través de unos simples prismáticos. Júpiter cuenta con unas 69 lunas, pero Ío, Ganímedes, Europa y Calisto son sus principales y más grandes lunas.
NASA
Júpiter es un gigante gaseoso, por lo que está formado por una atmósfera en su exterior y una gigantesca envoltura de hidrógeno interna que llega hasta el núcleo, una gran esfera de roca y hielo.
Si observas Júpiter a través de un telescopio podrás ver sus bandas y zonas, grandes filas de viento y tormentas que se desplazan a enormes velocidades por el planeta. Una de sus tormentas más características es la Gran Mancha Roja, una enorme tormenta, un poco más grande que la Tierra, que posee un llamativo color rojizo y que lleva activa desde hace más de 300 años. Para más información recomiendo la entrada en la que lo explico: https://todoespacio.es/miscelanea-sobre-jupiter/
Saturno
Si nos piden que dibujemos un planeta, probablemente lo primero que dibujamos es uno con anillos, ya que es muy característico, como el gran Saturno, que tiene un enorme sistema de anillos que le orbita, desde rocas de apenas milímetros, hasta rocas de tamaños de edificios forman los famosos anillos de Saturno. Saturno cuenta con más de 200 lunas conocidas, entre las que se encuentra Titán, la mayor de ellas con una atmósfera muy gruesa que le rodea.
NASA
Se encuentra a 1.429.400.000 kilómetros del Sol, y es sin duda un planeta muy interesante, tanto que sondas como la Pioneer 11 (la primera sonda que lo visitó), Cassini (la sonda que se desintegró en la atmósfera de Saturno al terminar su misión) e incluso la Voyager1 y la Voyager2 (las dos sondas que más lejos han llegado del Sistema Solar) se han parado a estudiar a este gran planeta.
Urano
A 2.870.990.000 kilómetros del Sol y con 27 lunas a su alrededor, una gran esfera de color aguamarina con un núcleo pequeño, que es metálico y rocoso, está formada de un manto de agua, amoníaco y metano.
NASA
Urano tiene una inclinación de su eje de 97,77 grados, por eso gira de lado. Se cree que gira así por un pasado impacto con un cuerpo de un tamaño considerable, que le hace girar de esa forma tan extraña.
Neptuno
El último planeta de nuestro Sistema Solar es Neptuno, a 4.504.300.000 kilómetros de distancia del Sol. Tiene una estructura muy semejante a la de Urano, y vientos que pueden llegar a los 2.000 km/h, siendo los más fuertes de todo el Sistema Solar.
NASA
Neptuno consta de 14 lunas a su alrededor y su especial color azul oscuro resalta entre todos los demás planetas. Neptuno fue descubierto hace relativamente poco, debido a su larga distancia de la Tierra.
Asteroides, cometas y planetas enanos.
Dejando atrás los planetas, ahora vamos a ir a los confines del Sistema Solar, específicamente al cinturón de Kuiper, un gran cinturón de asteroides que está más allá de Neptuno en el que se encuentran la mayoría de planetas enanos. Los planetas enanos son planetas que no cumplen alguno de los tres requisitos para serlo. Ellos son que tienen que tener el tamaño suficiente, no tienen que tener ningún objeto en su órbita y tienen que tener la suficiente masa como para ser cuerpos esféricos.
Plutón cumplía todos ellos excepto el de limpiar su órbita ante otros cuerpos, por lo que en el 2006 se le estableció como planeta enano. Algunos planetas enanos del cinturón de Kuiper son: Haumea, Plutón, Makemake, Eris…
El Sistema Solar es prácticamente nuestro hogar, aunque es muy grande, ¿o no? El universo es colosalmente grande, por lo que solo somos una diminuta gota en un enorme océano de estrellas y galaxias.
Usamos cookies en nuestro sitio web para brindarle una mejor experiencia recordando sus preferencias y visitas repetidas. Al hacer clic en "Aceptar las cookies", acepta el uso de TODAS las cookies. Sin embargo, puede visitar "Ajuste de cookies" para proporcionar un consentimiento controlado.
Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega por el sitio web. De estas, las cookies que se clasifican como necesarias se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las funcionalidades básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Las cookies funcionales ayudan a realizar ciertas funcionalidades, como compartir el contenido del sitio web en plataformas de redes sociales, recopilar comentarios y otras características de terceros.
Las cookies de rendimiento se utilizan para comprender y analizar los índices de rendimiento clave del sitio web, lo que ayuda a brindar una mejor experiencia de usuario a los visitantes.
Las cookies de analytics se utilizan para comprender cómo los visitantes interactúan con el sitio web. Estas cookies ayudan a proporcionar información sobre métricas, el número de visitantes, la tasa de rebote, la fuente de tráfico, etc.
Las cookies de publicidad se utilizan para proporcionar a los visitantes anuncios y campañas de marketing relevantes. Estas cookies rastrean a los visitantes a través de sitios web y recopilan información para proporcionar anuncios personalizados.
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Estas cookies garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web, de forma anónima.