La última vez que un humano estuvo en la superficie lunar fue en el Apollo 17, hace 50 años, y por eso la NASA quiere volver a mandar humanos a nuestro satélite, y no hay mejor forma que con Artemis.
El programa Artemis de la NASA tiene como objetivo llevar humanos a nuestro satélite y a otros planetas, entre ellos Marte. La primera misión de este programa, Artemis I, ha sido retrasada varias veces debido a algunos problemas técnicos producidos, así que la han aplazado para el miércoles 16 de noviembre.
Artemis I no es tripulada, porque con esta primera misión sólo se quiere demostrar que todo funciona correctamente. Tanto la nave Orión, que es donde estarán los tripulantes de futuras misiones, como el SLS, que es el cohete más potente jamás construido y que propulsará esta nave.
Cuando el SLS despegue, dará una vuelta alrededor de la Tierra y se separará de Orión, enviándolo directamente a la Luna. Una vez allí, Orión soltará 10 pequeños satélites que estudiarán el hielo lunar y pequeños asteroides próximos a la Tierra, incluso podrán detectar agua en la delgadísima atmósfera de la Luna.
Cabe decir que en Artemis I no se llegará a alunizar, y la misión durará entre 26 y 42 días, dependiendo en cómo vaya saliendo todo. En la nave Orión se han colocado unos maniquíes con sensores de radiación para analizar cómo son las condiciones en la nave.
Aquí os dejo el enlace del directo de la NASA donde se emitirá el despegue de Artemis I el miércoles 16 de noviembre:
La primera misión tripulada del programa Artemis es Artemis II, que está planeada para el 2024. En esta misión se enviarán a la primera mujer y al primer hombre de color al polo sur de la Luna, que es donde hay hielo y es donde asentarán bases.
Otro de los motivos por los que queremos volver a la Luna es porque si queremos ir a Marte tendremos que despegar desde nuestro satélite. Al despegar los cohetes tripulados hacia Marte desde la Luna gastamos mucho menos combustible, ya que hay mucha menos gravedad.
Tengo un vídeo en mi canal explicando detalladamente la misión Artemis I, así que si quieres informarte más no dudes en visitar mi vídeo:
El telescopio ha sido propulsado al espacio por el cohete Ariane 5 y actualmente está de camino al conocido punto Lagrange 2 (a 1,5 millones de km), donde se quedará hasta que pasen 10 años, cuando dejará de estar activo.
Video de la NASA del despegue:
El James Webb tiene 18 espejos de berilio hexagonales de un color “dorado”, y es que cada uno de ellos está recubierto de una finísima capa de oro, creando así finalmente un gran espejo de berilio con poco menos de 50 gramos de oro en total.
Los espejos de berilio del telescopio se utilizan debido a que el berilio es un material que, a demás de reflejar mucho, soporta muy bien las bajas temperaturas como las de -200 grados del espacio.
Este telescopio tiene la capacidad de ver el universo en infrarrojos (color no visible para los humanos del espectro electromagnético), lo que le permitirá observar estrellas y galaxias que en luz visible no se pueden distinguir.
El hecho de que el telescopio pueda ver en luz infrarroja y no en visible hace que las fotos que tome no sean tan parecidas a las del telescopio espacial Hubble, pero si se diferenciaran más estrellas y podrán percibirse nuevas galaxias.
Imagen de “los pilares de la Creación” del Hubble en luz visible (izquierda) y en luz infrarroja (derecha).
A pesar de que todos los fotones de luz que nos llegan desde todos los rincones del universo van a la velocidad de la luz (300.000 km/s), si están demasiado lejos de la Tierra pueden tardar mucho tiempo en llegar a nuestros ojos, por lo que podemos ver algunas estructuras cósmicas con miles de años de retraso.
Cuanto más lejos miramos más atrás en el tiempo estamos contemplando, así que el James Webb observará lo más lejos posible para estudiar los inicios del universo, así como el nacimiento de las primeras estrellas y galaxias.
El James Webb también estudiará algunos exoplanetas en busca de algún rastro de vida.
En total, esta maravilla tecnológica ha costado unos 10.000 millones de $, pero a pesar de todo el dinero invertido, no nos arrepentiremos.
Sin duda, los telescopios espaciales nos han permitido avanzar mucho en la observación astronómica, evitándonos la turbulencia atmosférica y la contaminación lumínica a la hora de observar más allá de nuestro Sistema Solar.
Antes de explicar más a fondo lo que es un telescopio espacial, aquí hay un enlace directo hacia una anterior entrada en la que explico este tema y en la que podréis echarles un vistazo a 5 increíbles imágenes tomadas por el telescopio Hubble a lo largo de todos los años que lleva en órbita: https://todoespacio.es/5-increibles-imagenes-del-telescopio-espacial-hubble/
Cambiando de tema, el telescopio James Webb va a ser un enorme telescopio de la NASA del que se tiene pensado mandar al espacio el 31 de octubre si todo sale como lo previsto.
El James Webb va a ser el telescopio espacial más grande hasta el momento trasladado al espacio con una altura de casi 8 metros, superando al Hubble, que posee un diámetro del espejo de 2’4 metros. En esta imagen podemos observarlo.
El telescopio Hubble está a 593 kilómetros de distancia de la Tierra, pero el James Webb estará a 1’5 millones de kilómetros.
El nuevo telescopio investigará sobre otros exoplanetas y estudiará el agujero negro supermasivo que tiene la galaxia Centaurus A activo. A demás de todo esto, el telescopio nos ofrecerá imágenes del universo con mejor calidad que el Hubble, así que no es raro imaginar que van a ser impresionantes sabiendo que las fotografías del Hubble ya lo son.
Este telescopio, sin duda, va a ser el que cambie nuestra forma de ver más allá de la Tierra.
La NASA ha programado 2 nuevas misiones hacia el planeta Venus llamadas Davinci y Veritas, que serán las primeras veces que enviamos sondas a Venus desde hace más de 30 años.
El interés de la NASA para volver a Venus es para la investigación de cómo antes pudo ser un planeta habitable similar a la Tierra, y porque se ha convertido en uno inhabitable, ya que se piensa que Venus es el reflejo del futuro de la Tierra, siendo un mundo infernal e inhóspito.
Estas dos misiones nos ayudarán a descubrir el pasado de Venus y el futuro de la Tierra, mientras estudiamos las características del segundo planeta más cercano al Sol, y a su vez el más caliente.
Las dos sondas se enviarán casi de forma consecutiva cerca del año 2030 para enviarnos todo lo nuevo que aún no sabemos sobre Venus. Es muy difícil planear misiones a Venus debido a su alta temperatura de unos 465 grados y su gran presión atmosférica de 90 bares, que sería lo mismo que sumergirse a un kilómetro bajo el mar. Otro problema es que Venus tiene nubes formadas por ácido sulfúrico y mercurio, que continuamente crean lluvia ácida, teniendo la peligrosidad más alta en todo el Sistema Solar.
Hablemos de la sonda Davinci que se encargará de estudiar la atmósfera y gases del planeta, mientras que su hermana Veritas se ocupará de estudiar la topografía.
Davinci estudiará la atmósfera y los gases de Venus y aterrizará tras despegar su paracaídas en una cápsula. En esta imagen podemos ver las etapas por las que pasará hasta tocar el suelo Venusiano.
Por otro lado, la sonda Veritas va a estudiar la geografía del planeta, aunque no es la primera vez que vemos la superficie de Venus. En esta imagen tomada por la sonda Venera 9 en el año 1975 podemos ver montones de rocas y un cielo anaranjado.
En esta otra tomada por la sonda Venera 10 podemos ver un suelo oscuro y pequeñas montañas lejanas.
Veritas también medirá el campo gravitacional de Venus para tener más información del pasado geológico. Estas son las 2 nuevas misiones que tiene planeadas la NASA, esperemos que salgan bien.
El 30 de julio de 2020, despegó el rover Perseverance desde Cabo Cañaveral, y tras unos 6 largos meses de trayecto hacia el planeta rojo, ha pisado el suelo marciano este pasado jueves 18 de febrero a las 21:56 hora española / 15:56 hora del este de Estados Unidos.
El rover más avanzado que ha llegado a marte ha amartizado al cabo de 6 meses desde que fue lanzado, y en su misión para encontrar vida en Marte, ha comenzado a tomar fotos de la superficie del planeta justo desde el momento en el que aterrizó, que fue el primer paso histórico para continuar buscando vida en otros planetas.
El lugar de aterrizaje fue el cráter Jezero, un gran agujero en el hemisferio norte de Marte que se formó hace unos 4.000 millones de años, en el que se piensa que hubo agua y por eso es un lugar ideal para aterrizar, ya que podríamos encontrar vida allí.
El rover Perseverance no iba solo, sino que estaba acompañado de “Ingenuity”, un pequeño dron de 2kg y que mide 1,2 metros de diámetro. Posee dos cámaras con las que mientras sobrevuela la superficie de Marte irá tomando fotografías del planeta.
Ahora mismo se encuentra en el interior del Perseverance, y cuando salga, usará sus paneles solares como batería.
Al amartizar, el Perseverance sacó su primera fotografía del planeta rojo, pero esta era en blanco y negro ya que las cámaras que usó eran unas llamadas “HazCams”, unas cámaras que se utilizan para evitar peligros, hay dos en la parte trasera del robot y cuatro en la delantera.
“Primera imágen tomada de Marte”
El 19 de febrero el rover envió sus primeras imágenes en color y seguirán llegando más a partir de ahora.
Y no solo envió imágenes, sino que este es el video del descenso del Perseverance en Marte que nos muestra por primera vez la NASA:
A la hora del descenso, dan lugar los llamados “siete minutos de terror” en los que el robot tiene que pasar de una velocidad de 20.000 km/h a los 0 durante los 7 minutos de la entrada a Marte. Se llaman los siete minutos de terror porque un pequeño fallo que se produzca destrozaría todo y podría terminar con el fin de la misión.
En la imagen se muestran los procesos que se tienen que producir en esos minutos de pánico para que todo salga bien.
El Perseverance recogerá muestras de rocas y tierra en Marte que serán trasladadas a la Tierra en una futura misión cerca del año 2031.
El Perseverance va a hacer todo lo posible investigando para encontrar la posible vida microbiana en Marte y haciendo fotografías del planeta.
El pasado 24 de noviembre, China lanzó un cohete no tripulado dirigiéndose a la Luna. El Long march-5, despegó el 24 de noviembre en la misión Chang’e 5 camino a la Luna, con una sonda llamada Chang’e 5 al igual que la misión.
En la misión Chang’e 5, se recogieron muestras de rocas de la Luna para traerlas de regreso a la Tierra, y se recogieron mediante un brazo robótico las de la superficie y bajo Tierra, con un taladro.
En esta misión, además de recoger rocas de la Luna, también se han realizado estudios sobre el suelo lunar, se ha usado un espectrómetro infrarrojo para determinar la composición química de las rocas y se ha utilizado un instrumento de medición para analizar la composición del subsuelo.
Es la primera vez en 40 años que un país recoge muestras de la Luna y se traen de regreso a la Tierra, la última vez que se trajeron muestras de la Luna a la Tierra, fue en el año 1976 cuando la URSS o la Unión Soviética, trajo unos 170 gramos de material.
Las muestras recolectadas emprendieron su viaje a la Tierra el jueves 3 de diciembre por la noche a las 23:10, el módulo con las muestras fue enviado a la órbita de la Luna que le llevará a la Tierra.
Esperemos que esta misión termine con éxito y poder seguir estudiando más acerca de la Luna.
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