Si las estrellas de menor masa mueren, solo quedan grandes nebulosas, enormes nubes de polvo y gas que se forman en las galaxias y son lugares de creación de estrellas. En el centro de ellas se puede ver una enana blanca, que son estrellas muy pequeñas de color blanquecino cuya parte exterior es más caliente que el Sol. Caben 2 Soles en un enana blanca. Aproximadamente una cucharada de enana blanca pesaría ¡3 toneladas! aunque sea del tamaño de una bola de helado.
Nuestro propio Sol se formó en una nebulosa hace 4.600 millones de años, acompañado de un gran disco de polvo y gas a su alrededor, donde se formaron grandes bolas que hoy conocemos como planetas.
Algunas de las nebulosas más conocidas son: La nebulosa de Orión, una gran nebulosa de la constelación de Orión que se puede ver a simple vista en condiciones óptimas.

O la nebulosa del Anillo, una gran nebulosa planetaria en la que podemos ver su estrella enana blanca en el centro. Se encuentra en la constelación de Lyra.

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